jueves, 11 de abril de 2013

El enemigo público de una maqueta, especialmente si se trata de un modelo naval, es la acumulación de polvo que con el tiempo se convierte en molestas pelusas que acaban por estropear el conjunto, resultando extremadamente difícil su limpieza y mantenimiento. Por otro lado, las zonas más delicadas están expuestas a continuos roces, golpes y enganches que igualmente finalizan en roturas, en ocasiones, irreparables o que obligan a la sustitución total o parcial de la la pieza por pérdida o por imposibilidad de restaurar la misma.



En estas condiciones llegó el "USS Constellation" a mis manos. Lo mejor para evitar estos desastres, es dotar al modelo de una vitrina, así que después de un concienzudo trabajo de limpieza y restauración, construí una peana adecuada y la urna recomendada con base de madera y perfiles teñidos en color ceniza y una vistosa vitrina de cristal, bastante aparatosa, sí, por las dimensiones del modelo, pero que en este caso resulta muy elegante, pues el dueño dispone de un hall amplio y bien iluminado en el que exhibe orgulloso su histórico buque para envidia de amigos y familiares.


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